lunes, 27 de mayo de 2013

El déficit de atención en niños es ficticio, según su "descubridor"

Después del articulo que publiqué en este blog el pasado día 31 de Marzo ( Ver artículo  ), sobre el supuesto TDAH, me alegro de que, por fin, hoy haya podido salir a la luz la siguiente noticia en un medio de comunicación masiva:
 
Transcribo aquí literalmente el artículo publicado hoy, 27 de Mayo de 2013, en el diario digital Lavanguardia.com. Por supuesto, si entráis en el enlace del artículo, veréis que no faltan comentarios de aquéllos que aún siguen viviendo en la “caverna” o que se sienten mejor en su “zona de confort” y tampoco los de aquéllos otros interesados en que el negocio farmacéutico no se extinga, así como el control de la sociedad (que parte de la "educación"), aunque sea a base de drogas.

"El déficit de atención en niños es ficticio, confiesa su descubridor

El famoso psiquiatra estadounidense Leon Eisenberg lo confesó poco antes de fallecer en 2009

Barcelona (Redacción).- Leon Eisenberg, el famoso psiquiatra estadounidense que descubrió el llamado trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), aseguró siete meses antes de fallecer en 2009 que es "una enfermedad ficticia", según el semanario alemán Der Spiegel, que ha recogido esta frase del prestigioso facultativo.

Desde los años 30 la medicina intenta explicar este trastorno. En aquella época los médicos diagnosticaban a los niños nerviosos síndrome posencefálico, aunque no hubieran tenido encefalitis.

Eisenberg, en los 60, retomó la investigación sobre este trastorno. Su mayor logro fue conseguir que se extendiera la idea de que el TDAH tiene causas genéticas. Ello lleva a que desaparezca el sentimiento de culpa de los padres al pensar que los niños nacen de ese determinado modo, lo que provoca que sea menos cuestionable el tratamiento con medicamentos.

En febrero de 2009 confesó que los psiquiatras deberían buscar las razones psicosociales que llevan a determinadas conductas, un proceso mucho más largo que "prescribir una pastilla contra el TDAH", aseguró Eisenberg."

domingo, 26 de mayo de 2013

¿Qué es y para qué sirve la Morfopsicología?


El rostro y el cerebro son como el anverso y el reverso de la moneda:
Mediante la Morfopsicología podemos interpretar las formas del rostro, que está directamente conectado al cerebro por doce pares de nervios que no pasan por el sistema nervioso central y, en base a determinadas leyes biológicas, como la dilatación o la retracción, la armonía o el desequilibrio, el tono energético, la apertura o cierre de los sentidos o receptores sensoriales (ojos, nariz, boca), etc., vemos que el conjunto global de estas formas y estructuras se corresponden con los diferentes aspectos de la personalidad.

Nacemos con una genética determinada que luego interactúa con el medio (educación, cultura, entorno familiar y escolar, etc.), dando lugar a la personalidad adulta. En función de nuestra información genética heredada y de cómo el entorno nos ha tratado, nuestra vida adulta se decantará por uno u otro camino, más doloroso y duro o más fácil y con más éxito. Por eso es tan importante un estudio a tiempo, sobre todo en los niños, para que los padres sean conscientes tanto de las limitaciones como del potencial que poseen sus hijos y así puedan ofrecerles una educación y un entorno basado en sus necesidades, para que puedan sacar el máximo provecho de sí mismos y, por lo tanto, puedan tener la mayor felicidad y éxito en la vida.

También para los adultos es una herramienta muy valiosa, ya que en la toma de conciencia está la clave de la transformación. Podemos utilizar la Morfopsicología como método de autoconocimiento y de crecimiento personal, como terapia en nuestras relaciones interpersonales y de pareja, en la orientación profesional, etc.

A veces, inconscientemente, nos atrae una pareja que no nos beneficia en absoluto , repitiendo patrones equivocados. La Morfopsicología permite identificar aquellos aspectos de la personalidad que nos hace desear lo que no nos conviene. Por ejemplo, si una persona es insegura, probablemente le atraerá una pareja fuerte y segura de sí misma, si uno es introvertido, es más fácil que le atraiga una persona extrovertida y viceversa (la atracción de los opuestos) pero, cuando la relación lleve un tiempo, los mismos aspectos que le gustaron y atrajeron inconscientemente del otro, serán la fuente de conflicto, a no ser que ambos se conozcan, se comprendan y decidan de mutuo acuerdo separarse de la mejor forma posible, siempre desde el amor y la comprensión, agradeciendo al otro la experiencia y el aprendizaje, en el caso de que sean demasiado opuestos, o bien, siempre que sea posible, hacer los cambios necesarios, aceptando al otro y poniendo cada uno de su parte, encontrando ese punto de equilibrio que permita a la pareja seguir adelante en una relación más consciente y fortalecida, enriqueciéndose mutuamente el uno del otro, a través de sus diferencias.

Tu rostro habla de tu carácter, de tus potencialidades intelectuales, de tus actitudes y aptitudes físicas y psíquicas, de tus tendencias y motivaciones, conscientes e inconscientes.

jueves, 16 de mayo de 2013

Aceites esenciales: historia y aplicaciones terapéuticas

 
Historia de la Aromaterapia
 
Las plantas se han utilizado con fines medicinales desde los albores de la humanidad. Los hombres primitivos, con un cerebro racional mucho menos desarrollado que el nuestro, confiaban y recurrían a sus instintos para seguir con vida. Siguiendo su sentido del olfato y recurriendo a sus experiencias eran capaces de adquirir conocimientos de cómo ciertas plantas tenían la capacidad de curar diversos males y enfermedades. De la misma forma los animales, cuando están en su hábitat natural, buscan en las plantas la ayuda para curarse y aliviar sus síntomas. Muchos pastores han observado a lo largo de la historia cómo los animales, cuando están enfermos, dejan de comer instintivamente lo que habitualmente comen y buscan, guiados por su olfato, determinadas plantas con las que consiguen mejorar su estado de salud.
 
Egipto:

La palabra perfume deriva del latín per fumum, que significa a través del humo. Para los egipcios el disfrute de los sentidos era una cuestión de olfato por encima de todo. Tanto es así que el jeroglífico “nariz” aparece siempre en todas las ilustraciones gráficas que caracterizan el placer y el hecho de ser feliz.

La llegada inminente de los dioses venía también anunciada por un perfume delicioso, el “sudor divino”. La nariz era el órgano a través del cual los egipcios recibían de los dioses el soplo de vida. En los templos se hacía quemar constantemente incienso y mirra en honor de los dioses. El dios Amón ordenó a la reina Hatshepsut: “el cielo y la tierra deben estar bañados de mirra e incienso”, tras lo cual ésta organizaría una expedición para buscar árboles de incienso. El perfume contaba incluso con una divinidad específica llamada Nefertum, representada con la cabeza de un león sobre la que llevaba una flor de loto, que era considerado "Señor de los Perfumes" y como tal aparece en un Texto de las Pirámides (sec. 266) y en el "Libro de los Muertos" como "la flor de loto”, que está en la nariz de Ra. Existen muchas pruebas que sugieren que las artes aromáticas formaban parte de la vida diaria de los egipcios. Imhotep, el físico, astrónomo y escriba, arquitecto de la “pirámide escalonada”, construida por el rey Zoser en la región del Sáhara alrededor del año 3.000 a.C., hizo muchos avances  en la medicina de su época y a veces se le denomina el “abuelo de la aromaterapia”.             
                  




El papiro de Ebers (1.550 a.C.), uno de los papiros médicos que han llegado hasta nuestros días, revela el uso extendido y frecuente de la aromaterapia en la medicina egipcia. Los egipcios, en general, usaban los aromas para preparar comida a los enfermos. El ajo, por ejemplo, era muy apreciado por su capacidad de protección de las enfermedades y para prevenir el brote de epidemias. Otras hierbas y especias utilizadas eran el anís, el comino, la menta, la mejorana y el perejil.
Los perfumistas egipcios crearon la fórmula famosa “Kyphi”, un perfume muy apreciado, también en forma de incienso. Los ingredientes exactos se desconocen pero se cree que contenía cálamo, cinamomo, incienso, alheña, enebro y mirra, entre otros. Era muy popular en las casas egipcias y se utilizaba no sólo como perfume y quemador de incienso sino también como medicina. El Kyphi se inhalaba también durante la meditación para elevar la conciencia espiritual y para incrementar también la conciencia física. En 1922 se dio un hecho fascinante cuando, al abrir la tumba de Tutankamón, uno de los frascos sellados contenía un ungüento que aún conservaba un aroma, después de 3.000 años de antigüedad. Uno de los aromas que contenía era incienso.

Ya los egipcios eran bien conscientes de la capacidad de los aromas de afectar a las emociones. Cada faraón tenía diversos perfumes en una mezcla específica para él. Éstos se utilizaban para elevar los espíritus, disipar los nervios, propiciar el amor, aportar tranquilidad o inducir a la agresión con fines guerreros.
 
Los aceites aromáticos se quemaban durante las ceremonias religiosas como ofrendas a sus deidades y las mujeres egipcias pudientes recibían de sus esclavas masajes con aromaterapia después del baño, que rejuvenecían y perfumaban la piel. El aceite de madera de cedro era uno de los preferidos. Las mujeres egipcias incluso conocían los anticonceptivos, puesto que se colocaban mezclas aromáticas en la vagina que actuaban como espermicidas.
Eran expertos en el proceso de momificación y embalsamamiento. Retiraban los órganos y vísceras del cuerpo, rellenando las cavidades con mirra, casia, galbanum y otras sustancias aromáticas. Cada embalsamador tenía su propia receta, eran fórmulas realmente efectivas para conservar la carne humana, tanto es así que aún hoy en día se descubren momias en un estado de conservación asombroso.
Podríamos hacer un recorrido histórico por China, India, Grecia, Roma... desde antes de Cristo hasta la Edad Media pero para no extenderme demasiado iré directa al siglo XX:
 

1918 – René Maurice Gatefossé está considerado como el "padre" de la aromaterapia moderna porque al quemarse la mano en su laboratorio tuvo el reflejo de sumergirla en un recipiente que contenía aceite esencial de lavanda (algunos autores dicen que por error, pensando que era agua) y el alivio fue inmediato y la cicatrización de la herida de una rapidez sorprendente, sin llagas ni infecciones. Ante este descubrimiento, se dedicó al estudio antibacteriano de los aceites esenciales durante muchos años.
El nacimiento de la aromaterapia moderna se le atribuye a este químico y farmacéutico francés. El término “aromaterapia” fue acuñado por él en su libro “Aromathérapie” en 1964. Este libro está considerado como la biblia de la aromaterapia y designa el empleo de los aceites esenciales para tratar patologías y mejorar la salud y el bienestar.
Otros químicos investigaron también el uso de los aceites esenciales: en Australia, Pendfol y otros estaban buscando los beneficios del árbol de té. En Italia, los doctores Giovanni Gatti y Renato Cayola descubrieron los efectos psicoterapéuticos de los aceites esenciales, como el jazmín y el limón.
La aromaterapia actual está vinculada a la tradición médica francesa, país donde ha destacado la extracción industrial por destilación con vapor de agua, gracias a Gatefossé y a otros personajes que la ennoblecieron:
1929 – Sévelinge (farmacéutico lionés), se dedicó al estudio de la medicina veterinaria y confirmó el alto potencial antibacteriano de las sustancias aromáticas.
1950 – Marguerite Maury introdujo la aromaterapia en Inglaterra, aplicando los aceites esenciales diluidos en una base de aceite, usando técnicas de masaje. Enseñó sus técnicas a esteticistas y escribió un libro: The Secret of Live, que trata del rejuvenecimiento.
1964 – Jean Valnet (cirujano militar francés), tras quedarse sin medicamentos de uso común e influido por los trabajos de Gatefossé, fue descubriendo sobre el terreno la eficacia de los aceites esenciales y, apasionado por ellos, mostró su gran interés a través de sus publicaciones con la intención de divulgar sus conocimientos a un vasto público. Otros muchos como los doctores Duraffourd, Lappraz, D’hevincourt y Belaiche, completaron la sabiduría aromática y posibilitaron su evolución científica en el mundo de la medicina francesa.
1975 – Pierre Franchomme, aromatólogo de reputación internacional, aporta una noción fundamental: la quimiotipia, refiriéndose a la definición botánica y bioquímica, logrando una gran precisión en la composición y porcentaje de los principios activos, reduciendo los fracasos terapéuticos, los efectos secundarios y riesgos de toxicidad.

El siguiente enlace te llevará a conocer las propiedades y aplicaciones terapéuticas de los distintos aceites esenciales, que iré publicando:



miércoles, 1 de mayo de 2013

Relación entre alimentación, inmunidad, intestino y emociones.

Michael Gershon, Director del Dpto. de Anatomía y Biología Celular de la Universidad de Columbia de Nueva York, estudió los síntomas de los trastornos psicosomáticos expresados en el sistema gastrointestinal, relacionándolos con el sistema nervioso central. En el intestino delgado se sintetiza el 90% de la serotonina (hormona responsable de la sensación de bienestar y felicidad), así como otros neurotransmisores como la dopamina, la acetilcolina, etc. Estas neurohormonas constituyen el medio de comunicación que regula el movimiento peristáltico y la transmisión sensorial que nos hará sentir, pensar y actuar de una forma determinada.
 
La comunicación entre el intestino y el cerebro es bidireccional, es decir, que un intestino en mal estado provoca estados de ánimos negativos. Un miedo atroz, un trauma o una situación emocional que nos supera, puede provocar una diarrea, vómitos o un corte total de la digestión. Una sensación de soledad, una frustración sentimental o una baja autoestima, pueden provocar falta de apetito, digestiones lentas y pesadas, con hinchazón, dolor, flatulencias... La falta crónica de felicidad se manifiesta con un cuadro de ansiedad y una conducta compulsiva hacia la comida, en especial hacia los hidratos de carbono, ya que estos alimentos provocan una liberación rápida de hormonas y sustancias químicas que van del intestino al cerebro a través del torrente sanguíneo, atravesando la barrera hematoencefálica, induciendo una sensación transitoria y breve de satisfacción y bienestar. Pero cuando este despliegue de hormonas se agota, aparecen los problemas digestivos, se agrava la sensación de infelicidad (el nivel hormonal ha caído en "picado") y, en algunas personas, sobreviene un sentimiento de culpa que hace que lleguen incluso a provocarse el vómito (bulimia).
 
Cada vez que salgo a la calle me doy cuenta que las personas cada vez son más infelices porque veo cómo con la crisis están cerrando muchos negocios, sin embargo proliferan como nunca las pastelerías y las panaderías - cafetería. Estos negocios no tienen crisis sino que viven de ella, ya que se busca, inconscientemente, compensar la insatisfacción y la infelicidad con los hidratos de carbono y los azúcares, sin darnos cuenta de cómo caemos en la adicción.
 
Una vida estresante, con el tiempo, puede provocar enfermedades como la de Crohn, colon irritable, estreñimiento crónico, cólicos, espasmos gastrointestinales... Esta situación produce nerviosismo, irritabilidad, hipersensibilidad, mal humor y baja productividad tanto física como intelectual.
 
Algunas personas controladoras y perfeccionistas llegan a generar un estreñimiento crónico que va intoxicando lentamente todo el organismo, a través de la hiperpermeabilidad intestinal, agravando la irritabilidad, la ansiedad y el nerviosismo, provocando incluso lapsus de memoria, despistes, desorientación pasajera, etc.
 
Un intestino atascado por las heces también produce importantes cambios en la flora intestinal. En lugar de convivir con diferentes colonias de bacterias benéficas que favorecen el sistema inmunológico, se forman colonias patógenas como la temida Candida albicans que, en el caso de las mujeres, suele extenderse con gran facilidad desde el colon hacia la vagina pero también puede ascender por el aparato digestivo hasta la boca ("muguet"). En este estado es muy difícil que el intestino pueda absorber y sintetizar los nutrientes de los alimentos, dañándose las vellosidades que el intestino posee para este fin.
 
La flora nociva produce gas carbónico, metano e hidrógeno y estas bolsas de gas son las responsables de la hinchazón, flatulencias y gases. Ésto es lo que se produce también cuando mezclamos alimentos de manera incorrecta, incluso aunque sean de primera calidad. Este tipo de flora se "come" el terreno de la flora benéfica, debilitando nuestro sistema inmunitario e imposibilitando la síntesis de serotonina y de otras neurohormonas.
 
El olor putrefacto de las heces, así como una consistencia demasiado dura o demasiado blanda y un color demasiado oscuro, son indicadores de un intestino en mal estado y de una flora nociva. Es muy distinto el leve olor que produce una sana fermentación en un cuerpo sano del olor insoportable y denso que produce la putrefacción.
 
Aunque existen en el mercado productos prebióticos (precursores de la flora benéfica) y probióticos (que la contienen) que funcionan muy bien, lo ideal es adquirirla a través de una correcta alimentación. De lo contrario, estaríamos incurriendo en el mismo error de la medicina alopática que sólo observa el síntoma y lo "tapa" o elimina poniendo un parche (medicamento sintomático), con la única diferencia que en lugar de utilizar sustancias químicas que provocan efectos secundarios adversos estaríamos utilizando sustancias naturales que no provocan daños colaterales. Este tipo de actuación se debe llevar a cabo sólo en caso necesario, de manera transitoria y mientras se busca y corrige el problema original.
 
Como dato curioso, nuestra flora intestinal, aunque sufrirá variaciones a lo largo de la vida, se determina en el momento del nacimiento. En un parto natural, cuando la madre está sana, las bacterias benéficas de su flora vaginal pasan al bebé que, hasta ese momento, tenía un tubo digestivo estéril. Por eso la alimentación y el estado del intestino de la madre influirá en el sistema inmunitario del bebé y también, como he explicado antes, en su equilibrio emocional. Los bebés nacidos por cesárea tienen más probabilidades de  adquirir la microflora patógena del entorno, ya que los hospitales están poblados de bacterias resistentes a los antibióticos, especialmente el Staphylococcus aureus. Estos niños son también más vulnerables a la inoculación del peligroso mercurio y otros metales pesados utilizados como excipientes en las vacunas, de ahí que cada vez un mayor número de padres decidan no vacunar a sus hijos. Es posible que la llamada "muerte súbita" del lactante tenga mucho que ver con este tema que está provocando tanta controversia hoy en día.
 
Un consumo excesivo de carne, quesos muy curados, leche y monosacáridos (azúcares simples de alimentos refinados) también destruyen el equilibrio intestinal, provocando enfermedades cardiovasculares, trastornos digestivos, metabólicos, del sistema nervioso, etc.
 
Como vemos, el cuerpo humano está compuesto por una parte física que, a su vez, está compuesta por múltiples órganos, sistemas y funciones, todas ellas interconectadas e interdependientes unas de otras y por otra parte emocional y psíquica totalmente dependiente del cuerpo físico, ya que en función de cómo éste se encuentre el cerebro recibirá unas sensaciones u otras y viceversa: en función de lo que pensamos y sentimos nuestro cerebro enviará una respuesta determinada a determinados órganos corporales, pudiendo entrar en un círculo vicioso que sólo podemos romper cuando encontramos la causa original. Y es aquí donde reside la principal diferencia entre la medicina alopática o convencional y la comunidad científica médica, que divide y secciona para enfocarse en las partes por separado, sin relacionarlas con las demás, dando lugar a multitud de "especialidades", alejándose cada vez más de la visión global y holística que nos permite entender al ser humano como un complejo todo indivisible. Es como si tenemos una gotera en casa y en lugar de investigar de dónde procede el agua nos limitamos a poner un cubo debajo e irlo vaciando cada vez que se llena. Suena estúpido ¿verdad? pues ésto es lo que se hace cada vez que nos duele la cabeza y nos tomamos un analgésico o tenemos una diarrea y el médico nos receta un medicamento destinado a cortarla ¿y qué pasará entonces con esa toxicidad acumulada que había encontrado una forma de salir?

Algunos autores, como la doctora Irina Matveikova en su libro "Inteligencia digestiva", hablan del intestino delgado como nuestro "segundo cerebro". Las imágenes valen más que las palabras:

 

Para conocer con más detalle los diferentes neurotrasmisores (hormonas), sus funciones y la repercusión que tiene su carencia a nivel píquico y emocional, puedes leer el siguiente artículo: